El Mágico y Divertido Juego de la Música Seria
Reportaje a Carlos López Puccio, director de Les Luthiers
Diario Rio Negro, Agosto 1983
Faltan apenas noventa minutos para que el recital del Grupo Estudio Coral Buenos Aires comience en el salón de Aerolíneas Argentinas, en Bariloche. Las sillas están ubicadas para recibir una discreta audiencia y el aire está poblado de voces bien ajustadas, elaborando seriamente un material nada común en los repertorio corales, tiene algo que lo diferencia de otros ensayos similares: el director es una persona my especial. Se trata de Carlos López Puccio, y para quienes lo conocemos a través de las riquísimas ocurrencias e interpretaciones de Les Luthiers, este director de coro resulta un entrevistado muy interesante. Con una expresividad notable indica detalles, se demora en algunos fragmentos, se concentra en determinados puntos. Finalmente, con una sonrisa natual y dispuesto al diálogo, está con nosotros. Tenemos algunos minutos y la charla, inevitablemente, comienza así:
-Conozco tu trabajo en Les Luthiers pero no seguí tu trayectoria como director de coro. ¿Cómo surgió Estudio Coral Buenos Aires?
-Tradicionalmente yo soy músico, es decir, mi formación es la de un "músico serio", tengo el pomposo título de licenciado en Dirección Orquestal y al principio proyectaba ser músico. Al comenzar mi carrera, empecé a dirigir coros y me di cuenta de que la dirección orquestal no me interesaba tanto como la coral. Incluso ingresé a Les Luthiers gracias a ese pequeño prestigio que tenía como estudiante de música y mediano director de coro. Después coexistieron las dos actividades. Para mí Les Luthiers era una fuente de ingresos muy modesta, no podía vivir de ella, pero aunque ganaba muy poca cosa, me divertía, era algo simpático y hacía práctica. Por esa época fundé un conjunto coral que se llamó 9 de Cámara.
-Y eso era en...
-En 1969, más o menos, cuando ingresé a Les Luthiers. Entonces organicé mis cosas como para que las dos actividades pudieran coexistir, no siempre desvinculadas totalmente porque a veces se superponen. Pero me las ingenié para ir desbrozando el camino y dando a cada actividad un límite muy preciso. Por suerte soy socio de una mini-empresa que es Les Luthiers, lo que me permitió influir en las normas y reglamentos que tiene. Allí hay una disponibilidad muy precia y horarios estrictos. Ojo, que eso es muy bueno, porque uno sabe que a partir de tal momento tiene que estar allí, pero no antes ni después, lo que te da libertad de acción.
-¿Qué tipo de grupo coral era 9 de Cámara?
-Es un grupo parecido a Estudio Coral pero más chico, aunque a veces llegó a tener quince personas. Se disolvió en 1979, pero sobre esa experiencia y con algunos de sus participantes yo decidí formar Estudio Coral.
-Hablemos de él, entonces.
-Tiene características bastante raras en la Argentina. Aquí hay muy pocos grupos que se le parecen. Está integrado por profesionales del canto, todos son músicos y el noventa por ciento de ellos vive de la música: dirigen o cantan en coros profesionales como el del Teatro Colón, Coro Nacional y otros, y vienen a actuar acá gratis. Existen algunas experiencias parecidas pero están apoyadas estatalmente. Hay un coro de profesionales en la provincia de Córdoba y otro en Santa fe, que dependen de los gobiernos provinciales. Nosotros no tenemos ningún tipo de sustento económico, es una empresa totalmente deficitaria.
-Imagino que debe ser así, especialmente si van haciendo representaciones en distintos lugares del país.
-Es gracioso que a esta gente que le pagan por cantar, vayan a lugares como éste, a cantar gratuitamente.
-¿Cómo y cuando se formó Estudio Coral?
-Cuando se disolvió 9 de Cámara, hace dos años, llamamos a un concurso para armar Estudio Coral. Era un aviso para perder dinero, básicamente, pero aparecieron muchos interesados, gente más joven que el promedio que tenía el grupo anterior. Porque no hay muchas posibilidades de entrar a trabajar en un coro así, lector, que hace un repertorio bastante complicado, como el que trajimos acá, con las obras de Zoltan Kodaly. Es más fácil ingresar a coros más fáciles, donde la gente con experiencia se aburre.
-¿Por qué el programa de hoy?
-Es un programa un poco inusitado. Lo hicimos en una sala de Buenos Aires, alquilada por nosotros y sacamos algunos avisos en los diarios. Apareció gente de todos lados. Tuvimos que repetirlo cuatro veces, lo que es mucho decir, porque teníamos setecientas butacas, y fue un caso bastante especial. También lo hicimos en Rosario, invitados, después en los alrededores de Buenos Aires y ahora en Bariloche.
-Trabajar con profesionales con experiencia te da una gran libertad de movimiento...
-Imaginate... puedo hacer lo que quiero coralmente. Me permite buscar repertorios distintos, que no sean comunes. Voy a seguir haciendo cosas exóticas.
-¿Posibilidad de respaldo económico...?
-Mientras no surja una fundación que esté dispuesta a apoyarnos, la gente tendrá que seuir en sus trabajos. Con el riesgo de que algunos se vayan del Estudio Coral.
-Ahora vos, ¿vas a seguir en Les Luthiers?
-Si. Les Luthiers es la cosa de la que yo vivo. Es mi coro nacional, digamos. Solo que yo trabajo muy bien y estoy muy cómodo allí. Mientras Les Luthiers exista...
-Conozco tu trabajo en Les Luthiers pero no seguí tu trayectoria como director de coro. ¿Cómo surgió Estudio Coral Buenos Aires?
-Tradicionalmente yo soy músico, es decir, mi formación es la de un "músico serio", tengo el pomposo título de licenciado en Dirección Orquestal y al principio proyectaba ser músico. Al comenzar mi carrera, empecé a dirigir coros y me di cuenta de que la dirección orquestal no me interesaba tanto como la coral. Incluso ingresé a Les Luthiers gracias a ese pequeño prestigio que tenía como estudiante de música y mediano director de coro. Después coexistieron las dos actividades. Para mí Les Luthiers era una fuente de ingresos muy modesta, no podía vivir de ella, pero aunque ganaba muy poca cosa, me divertía, era algo simpático y hacía práctica. Por esa época fundé un conjunto coral que se llamó 9 de Cámara.
-Y eso era en...
-En 1969, más o menos, cuando ingresé a Les Luthiers. Entonces organicé mis cosas como para que las dos actividades pudieran coexistir, no siempre desvinculadas totalmente porque a veces se superponen. Pero me las ingenié para ir desbrozando el camino y dando a cada actividad un límite muy preciso. Por suerte soy socio de una mini-empresa que es Les Luthiers, lo que me permitió influir en las normas y reglamentos que tiene. Allí hay una disponibilidad muy precia y horarios estrictos. Ojo, que eso es muy bueno, porque uno sabe que a partir de tal momento tiene que estar allí, pero no antes ni después, lo que te da libertad de acción.
-¿Qué tipo de grupo coral era 9 de Cámara?
-Es un grupo parecido a Estudio Coral pero más chico, aunque a veces llegó a tener quince personas. Se disolvió en 1979, pero sobre esa experiencia y con algunos de sus participantes yo decidí formar Estudio Coral.
-Hablemos de él, entonces.
-Tiene características bastante raras en la Argentina. Aquí hay muy pocos grupos que se le parecen. Está integrado por profesionales del canto, todos son músicos y el noventa por ciento de ellos vive de la música: dirigen o cantan en coros profesionales como el del Teatro Colón, Coro Nacional y otros, y vienen a actuar acá gratis. Existen algunas experiencias parecidas pero están apoyadas estatalmente. Hay un coro de profesionales en la provincia de Córdoba y otro en Santa fe, que dependen de los gobiernos provinciales. Nosotros no tenemos ningún tipo de sustento económico, es una empresa totalmente deficitaria.
-Imagino que debe ser así, especialmente si van haciendo representaciones en distintos lugares del país.
-Es gracioso que a esta gente que le pagan por cantar, vayan a lugares como éste, a cantar gratuitamente.
-¿Cómo y cuando se formó Estudio Coral?
-Cuando se disolvió 9 de Cámara, hace dos años, llamamos a un concurso para armar Estudio Coral. Era un aviso para perder dinero, básicamente, pero aparecieron muchos interesados, gente más joven que el promedio que tenía el grupo anterior. Porque no hay muchas posibilidades de entrar a trabajar en un coro así, lector, que hace un repertorio bastante complicado, como el que trajimos acá, con las obras de Zoltan Kodaly. Es más fácil ingresar a coros más fáciles, donde la gente con experiencia se aburre.
-¿Por qué el programa de hoy?
-Es un programa un poco inusitado. Lo hicimos en una sala de Buenos Aires, alquilada por nosotros y sacamos algunos avisos en los diarios. Apareció gente de todos lados. Tuvimos que repetirlo cuatro veces, lo que es mucho decir, porque teníamos setecientas butacas, y fue un caso bastante especial. También lo hicimos en Rosario, invitados, después en los alrededores de Buenos Aires y ahora en Bariloche.
-Trabajar con profesionales con experiencia te da una gran libertad de movimiento...
-Imaginate... puedo hacer lo que quiero coralmente. Me permite buscar repertorios distintos, que no sean comunes. Voy a seguir haciendo cosas exóticas.
-¿Posibilidad de respaldo económico...?
-Mientras no surja una fundación que esté dispuesta a apoyarnos, la gente tendrá que seuir en sus trabajos. Con el riesgo de que algunos se vayan del Estudio Coral.
-Ahora vos, ¿vas a seguir en Les Luthiers?
-Si. Les Luthiers es la cosa de la que yo vivo. Es mi coro nacional, digamos. Solo que yo trabajo muy bien y estoy muy cómodo allí. Mientras Les Luthiers exista...