Diálogo con José María Rosa
Nota de contratapa del 27 de agosto de 1982
En Agosto de 1982 y en plena apertura política que daría fin al Proceso Militar en la Argentina, iniciado con el golpe castrense de 1976, el historiador José María Rosa (1906-1991) dio una conferencia en Bariloche: "Y después de las Malvinas: ¿Qué?". En esa ocasión tuve oportunidad de hacerle algunas preguntas. Transcribo aquí partes de ese reportaje:
"Hay buena voluntad en los partidos políticos"
La presencia de José María Rosa se debió a una invitación que le cursara el Centro de Estudios de San Carlos de Bariloche, que ese mismo día, 17 de agosto, inauguró su sede. El conocido escritor, historiador, docente y hombre político tomó como punto de partida para su conferencia el momento histórico en que San Martin regresa al país y decide marcharse sin pisar suelo argentino, a raíz de la crisis interna que azota a su patria. Esa crisis es el nexo con que Rosa une el pasado con este azaroso presente que estamos viviendo.
Algunas hors antes de la conferencia, tuvimos oportunidad de mantener un breve diálogo con este historiador nada convencional, de una notable fertilidad en la labor intelectual(es autor de trece volúmenes de historia argentina) y serena fluidez cuando se expresa frente a sus interlocutores.
A raíz de algunas preguntas, se refirió a la responsabilidad que sin duda existió en las acciones que se tomaron a nivel nacional, en el caso concreto de la guerra de las Malvinas: "...por lo menos hay algo bueno de todo eso, por ejemplo, la unión de toda la América española, y la comprensión por parte del pueblo que nuestra posición es mirando hacia América latina, no hacia América del Norte. Esa es la posición del pueblo, por lo menos; del gobierno no lo sabemos."
Más adelante, acerca de los cambios que se iban a dar a nivel nacional: "En mis conferencias en todo el país.......he recalcado este tema: nosotros tenemos que asegurarnos de que los militares no van a dar un golpe contra el nuevo gobierno constitucional. No vale la pena votar .... para que esté con la espada de Damocles de un nuevo golpe militar. ¿Y cómo lo evitamos? ....¿Con buenas promesas? No. ¿Con el compromiso de los partidos políticos? Eso no nos lleva a evitar el golpe. Yo veo una sola solución, que vi poner en práctica en Grecia, cuando yo era embajador.... Y era un gobierno decente, no había generales acusados de robar, no se pudo probar nada deshonesto, pero el pueblo no lo quería. Por eso cayó. Se los procesó por haber hecho una revolución siete años antes, o sea, de acuerdo a lo que dice el Código Penal para el delito de la subversión. Acá se cree que eso se aplica solamente a los revolucionarios vencidos. ¿Por qué no aplicarlo a los vencedores? Los acusados serían quienes hicieron la revolución de 1976, los comandantes militares. Los demás no interesan..... Se hace para sentar precedente de que los militares deben ser auténticamente soldados, no valerse de las armas para hacer política. No lo digo como una venganza, porque estoy con la Iglesia cuando dice que hay que llegar a un entendimiento. Pero en orden y justicia. Y con seguridad, para que no nos hagan otra revolución."
A la pregunta de si el proyecto de juzgar a los responsables del golpe de 1976 podría convertirse en una razón para los sectores interesados en otro golpe, según algunos rumores circulantes: "Si, me han dicho eso algunos compañeros míos. Y yo les he dicho que conviene decirlo de todas maneras.... ¿Qué puede pasar? ¿Que no nos entreguen el gobierno? ¿Usted cree que es posible en la situación en que estamos? ..... No nos olvidemos que hay militares patriotas, con espíritu sanmartiniano, y yo conozco a muchos que han debido cumplir órdenes pero no han estado de acuerdo con los proyectos políticos. Y creo que en este sector está la mayoría de las Fuerzas Armadas, convencidas de que no deben gobernar. Y lo que ha pasado en las Malvinas les duele. Yo he hablado con muchos de ellos y nos apoyan."
Interrogado acerca de las garantías que deberían tenerse para que el ciclo gobierno constitucional-golpe de estado terminara, respondió: "Creo que acá lo terminamos. Hace falta buena voluntad de los políticos y yo veo buena voluntad."
Con respecto a la desorganización interna de los partidos políticos después de tantos años de inactividad total, opinó, como cierre de la entrevista: "Todavía no están organizados, pero eso ya se está decantando en este momento. Hay inconvenientes, desde luego. ....deberá levantarse el estado de sitio. Es necesario para poder hablar y decir la verdad."
Algunas hors antes de la conferencia, tuvimos oportunidad de mantener un breve diálogo con este historiador nada convencional, de una notable fertilidad en la labor intelectual(es autor de trece volúmenes de historia argentina) y serena fluidez cuando se expresa frente a sus interlocutores.
A raíz de algunas preguntas, se refirió a la responsabilidad que sin duda existió en las acciones que se tomaron a nivel nacional, en el caso concreto de la guerra de las Malvinas: "...por lo menos hay algo bueno de todo eso, por ejemplo, la unión de toda la América española, y la comprensión por parte del pueblo que nuestra posición es mirando hacia América latina, no hacia América del Norte. Esa es la posición del pueblo, por lo menos; del gobierno no lo sabemos."
Más adelante, acerca de los cambios que se iban a dar a nivel nacional: "En mis conferencias en todo el país.......he recalcado este tema: nosotros tenemos que asegurarnos de que los militares no van a dar un golpe contra el nuevo gobierno constitucional. No vale la pena votar .... para que esté con la espada de Damocles de un nuevo golpe militar. ¿Y cómo lo evitamos? ....¿Con buenas promesas? No. ¿Con el compromiso de los partidos políticos? Eso no nos lleva a evitar el golpe. Yo veo una sola solución, que vi poner en práctica en Grecia, cuando yo era embajador.... Y era un gobierno decente, no había generales acusados de robar, no se pudo probar nada deshonesto, pero el pueblo no lo quería. Por eso cayó. Se los procesó por haber hecho una revolución siete años antes, o sea, de acuerdo a lo que dice el Código Penal para el delito de la subversión. Acá se cree que eso se aplica solamente a los revolucionarios vencidos. ¿Por qué no aplicarlo a los vencedores? Los acusados serían quienes hicieron la revolución de 1976, los comandantes militares. Los demás no interesan..... Se hace para sentar precedente de que los militares deben ser auténticamente soldados, no valerse de las armas para hacer política. No lo digo como una venganza, porque estoy con la Iglesia cuando dice que hay que llegar a un entendimiento. Pero en orden y justicia. Y con seguridad, para que no nos hagan otra revolución."
A la pregunta de si el proyecto de juzgar a los responsables del golpe de 1976 podría convertirse en una razón para los sectores interesados en otro golpe, según algunos rumores circulantes: "Si, me han dicho eso algunos compañeros míos. Y yo les he dicho que conviene decirlo de todas maneras.... ¿Qué puede pasar? ¿Que no nos entreguen el gobierno? ¿Usted cree que es posible en la situación en que estamos? ..... No nos olvidemos que hay militares patriotas, con espíritu sanmartiniano, y yo conozco a muchos que han debido cumplir órdenes pero no han estado de acuerdo con los proyectos políticos. Y creo que en este sector está la mayoría de las Fuerzas Armadas, convencidas de que no deben gobernar. Y lo que ha pasado en las Malvinas les duele. Yo he hablado con muchos de ellos y nos apoyan."
Interrogado acerca de las garantías que deberían tenerse para que el ciclo gobierno constitucional-golpe de estado terminara, respondió: "Creo que acá lo terminamos. Hace falta buena voluntad de los políticos y yo veo buena voluntad."
Con respecto a la desorganización interna de los partidos políticos después de tantos años de inactividad total, opinó, como cierre de la entrevista: "Todavía no están organizados, pero eso ya se está decantando en este momento. Hay inconvenientes, desde luego. ....deberá levantarse el estado de sitio. Es necesario para poder hablar y decir la verdad."