Presentación del libro Incidente en la Patagonia
en una Noche de Narradoras
Koubek Center, Miami, 4 de Setiembre de 2012
La Trigésima Feria Internacional del Libro de Miami abrió su programa de actividades con "Rumbo a la Feria" un programa que se lleva a cabo en el recién inaugurado Koubeck Center de Miami. El 4 de Setiembre se abrió el ciclo con la presentación de una Noche de Narradoras con dos escritoras de habla hispana, Madeleine de Cubas, colombiana, amiga y compañera de ruta literaria, con su libro Los Zapatos de Isidro. Yo presenté Incidente en la Patagonia.
Nos acompañaron muchos amigos y fue una linda velada.
Nos acompañaron muchos amigos y fue una linda velada.
Texto de mi presentación:
Gracias al Miami Dade College por incluírnos en el programa Rumbo a la Trigésima Feria Internacional del Libro de Miami, al Koubek Center por albergarnos en esta hermosa e histórica casa y a todos ustedes por acompañarnos en esta noche de narradoras.
Hace muy poco tiempo, los argentinos y el resto del mundo fuimos gratamente sorprendido por la elección, por primera vez en la historia, qué honor, de un Papa latinoamericano, de la orden Jesuítica y como corolario, argentino. De inmediato surgieron comentarios desde ciertos sectores destacando que el Papa Francisco había sido principal de los Jesuítas en su país durante los años del proceso militar y preguntándose que cómo, desde una posición tan alta, no parecía haber intercedido para evitar la persecución y muerte de sacerdotes y monjas católicos que en esa época trabajaban en las villas miseria.
No sabemos si hizo o no algo para ayudar. En mi opinión, juzgar las acciones de los hombres a la distancia y pasar sentencia sin analizar en profundidad las circunstancias en las que sucedieron las cosas es fácil y también irresponsable.
El libro que presento hoy, Incidente en la Patagonia, es una novela de suspenso, con una historia de ficción, que surgió a raíz de mis recuerdos de la época de la Guerra de las Malvinas. Yo dejé mi país para radicarme en ésta, mi patria de adopción en 1987, cuando la memoria de lo sucedido era muy reciente. Durante la década y media que viví en el norte, estuve totalmente desconectada de los cambios que se fueron dando en la Argentina, de modo que al escribir este libro veinte años después de haber dejado la Argentina yo hice un trabajo que se podría asimilar a la investigación que hace un arqueólogo en una veta de terreno intacta, de otra época, donde poco a poco va rescatando artefactos y restos fosilizados. Mis memorias de lo que sucedió en mi país estaban fijadas, digamos, en lo que viví hasta el momento de tomar el avión para los Estados Unidos. No fue fácil escribirlo. El primer borrador fue muy emocional hasta que, al pulirlo y revisar el manuscrito, dejé lo que creo es una auténtica pintura de la época como marco de una novela de ficción.
Así es que, volviendo a lo que decía al comienzo, creo que es fácil juzgar desde afuera. Porque no todos los que guardaron silencio frente a los excesos que se dieron bajo el gobierno militar estuvieron de acuerdo o colaboraron con él. Es cierto que muchos pensaron que aunque ilegal, esas acciones clandestinas y mortales era una solución a un problema. Quienes hayan vivido bajo un gobierno así, tanto de izquierda como de derecha, y creo que en la audiencia debe haber algunos, saben que quejarse, oponerse o criticar en voz alta o por escrito garantiza una segura condena, si no de muerte, de cárcel o peor.
La protagonista de esta novela es Alicia, una periodista, que como tantos, está en desacuerdo con el gobierno pero no opina en voz alta. Felizmente casada con un hombre al que adora, tiene un hijo de un año y medio y vive dentro de un Parque Nacional que es un paraíso de lagos y bosques. Pero lo que está sucediendo en su patria la toca en forma personal cuando Susana, una amiga muy querida de su infancia y colega en la prensa es secuestrada. Ella decide averiguar el paradero de su amiga y las razones del asalto a su vivienda y su desaparición.
En esa odisea de búsqueda tiene oportunidad de escuchar la opinión de diversos sectores en pro y en contra de la situación política del país. Así Alicia entra en un mundo de espejos distorsionados como la Alicia en el País de las Maravillas de la novela de Carroll, en el que la realidad toma formas extrañas y a veces grotescas. Durante toda la novela la sombra de un hombre desconocido, un personaje que puede o no ayudarla en su búsqueda. permanece en un poderoso segundo plano. Embarcada en su empresa, ella sigue adelante tratando de rescatar a su amiga y exponiéndose a riesgos que no son para nada los que ella imaginaba, y que la cambiarán para siempre.
Después de haber vivido bajo circunstancias extremas, muchas personas lo pueden superar y siguen adelante, pero algunos no pueden dejarlo atrás. Otros, sin mayor dilema moral, se beneficiarán con los resultados de lo sucedido. Pero en su interior, ni unos ni otros vuelven a ser los mismo de antes. Nadie sale de ellos sin ser transformados de alguna manera, aparente o invisible.
Ahora les voy a leer dos breves fragmentos de distintos capítulos. He elegido dos encuentros clave que tiene Alicia con el misterioso hombre del Ford Falcon verde, quien de alguna manera en esta historia representa el poder y los temidos y misteriosos servicios de seguridad de esa época.
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Hace muy poco tiempo, los argentinos y el resto del mundo fuimos gratamente sorprendido por la elección, por primera vez en la historia, qué honor, de un Papa latinoamericano, de la orden Jesuítica y como corolario, argentino. De inmediato surgieron comentarios desde ciertos sectores destacando que el Papa Francisco había sido principal de los Jesuítas en su país durante los años del proceso militar y preguntándose que cómo, desde una posición tan alta, no parecía haber intercedido para evitar la persecución y muerte de sacerdotes y monjas católicos que en esa época trabajaban en las villas miseria.
No sabemos si hizo o no algo para ayudar. En mi opinión, juzgar las acciones de los hombres a la distancia y pasar sentencia sin analizar en profundidad las circunstancias en las que sucedieron las cosas es fácil y también irresponsable.
El libro que presento hoy, Incidente en la Patagonia, es una novela de suspenso, con una historia de ficción, que surgió a raíz de mis recuerdos de la época de la Guerra de las Malvinas. Yo dejé mi país para radicarme en ésta, mi patria de adopción en 1987, cuando la memoria de lo sucedido era muy reciente. Durante la década y media que viví en el norte, estuve totalmente desconectada de los cambios que se fueron dando en la Argentina, de modo que al escribir este libro veinte años después de haber dejado la Argentina yo hice un trabajo que se podría asimilar a la investigación que hace un arqueólogo en una veta de terreno intacta, de otra época, donde poco a poco va rescatando artefactos y restos fosilizados. Mis memorias de lo que sucedió en mi país estaban fijadas, digamos, en lo que viví hasta el momento de tomar el avión para los Estados Unidos. No fue fácil escribirlo. El primer borrador fue muy emocional hasta que, al pulirlo y revisar el manuscrito, dejé lo que creo es una auténtica pintura de la época como marco de una novela de ficción.
Así es que, volviendo a lo que decía al comienzo, creo que es fácil juzgar desde afuera. Porque no todos los que guardaron silencio frente a los excesos que se dieron bajo el gobierno militar estuvieron de acuerdo o colaboraron con él. Es cierto que muchos pensaron que aunque ilegal, esas acciones clandestinas y mortales era una solución a un problema. Quienes hayan vivido bajo un gobierno así, tanto de izquierda como de derecha, y creo que en la audiencia debe haber algunos, saben que quejarse, oponerse o criticar en voz alta o por escrito garantiza una segura condena, si no de muerte, de cárcel o peor.
La protagonista de esta novela es Alicia, una periodista, que como tantos, está en desacuerdo con el gobierno pero no opina en voz alta. Felizmente casada con un hombre al que adora, tiene un hijo de un año y medio y vive dentro de un Parque Nacional que es un paraíso de lagos y bosques. Pero lo que está sucediendo en su patria la toca en forma personal cuando Susana, una amiga muy querida de su infancia y colega en la prensa es secuestrada. Ella decide averiguar el paradero de su amiga y las razones del asalto a su vivienda y su desaparición.
En esa odisea de búsqueda tiene oportunidad de escuchar la opinión de diversos sectores en pro y en contra de la situación política del país. Así Alicia entra en un mundo de espejos distorsionados como la Alicia en el País de las Maravillas de la novela de Carroll, en el que la realidad toma formas extrañas y a veces grotescas. Durante toda la novela la sombra de un hombre desconocido, un personaje que puede o no ayudarla en su búsqueda. permanece en un poderoso segundo plano. Embarcada en su empresa, ella sigue adelante tratando de rescatar a su amiga y exponiéndose a riesgos que no son para nada los que ella imaginaba, y que la cambiarán para siempre.
Después de haber vivido bajo circunstancias extremas, muchas personas lo pueden superar y siguen adelante, pero algunos no pueden dejarlo atrás. Otros, sin mayor dilema moral, se beneficiarán con los resultados de lo sucedido. Pero en su interior, ni unos ni otros vuelven a ser los mismo de antes. Nadie sale de ellos sin ser transformados de alguna manera, aparente o invisible.
Ahora les voy a leer dos breves fragmentos de distintos capítulos. He elegido dos encuentros clave que tiene Alicia con el misterioso hombre del Ford Falcon verde, quien de alguna manera en esta historia representa el poder y los temidos y misteriosos servicios de seguridad de esa época.
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